Reseña histórica

El de siempre... como nunca!

Transcurrían los primeros años de la década del 80 y la dirigencia peñera, siguiendo una sana tradición en su vida institucional, combinaba experiencia y juventud. Así se debatían ideas, nuevos proyectos, con espíritu emprendedor y visión de mediano y largo plazo. La presencia de nuestra gente en festivales de todo el país contagió el espíritu festivalero y la fuerza para plasmarlo en la gran fiesta anual que Tandil necesitaba. Se sucedieron reuniones, se intercambiaron bosquejos, se realizaron consultas.

La decisión se tomó: Tandil tendría su fiesta. Hubo que buscar una fecha en el calendario que conjugara distintos aspectos, tales como la realización de otros festivales, temporada, disponibilidad de artistas, etc. Fue entonces que se decidió que la segunda semana de febrero de cada año quedaría inserta en el calendario de los acontecimientos locales y de los festivales nacionales, como la semana de realización del “Festival de la Sierra - Encuentro Folclórico Nacional”.

1984 fue el primer año de la realización del festival, donde se mezclaron, en dos noches centrales, un importante número de artistas consagrados y aficionados de alto nivel. La repercusión de aquella primera edición dio el impulso necesario para comenzar la expansión del festival incorporando ya en la segunda edición, la faz competitiva en canto y danza.

A partir de allí el crecimiento fue exponencial. Jurados del más alto reconocimiento, excelencia en la calidad de atención a las delegaciones visitantes, importantes premios, pulida organización, imponente escenario y adecuada escenografía, fueron, entre otros, causales del posicionamiento obtenido en corto plazo. Los mejores exponentes de la danza llegaban a mostrarse y medirse en nuestro festival. Las innovaciones fueron permanentes.

Largas noches de competencia han sido testigos del canto y la danza y la generación de amigos de todo el país, dando lugar a cientos de anécdotas. Hoy es un referenteentre los festivales de danzas del país. Los Chalchaleros, Los Hermanos Abalos, Jairo, Antonio Carrizo, Tarrago Ros, El Chango Nieto, Landriscina, Los Nocheros, son solo algunos de los consagrados que pasaron por el escenario del encuentro, pero fueron las agrupaciones y cantores llegados desde los más variados puntos de la República, Jujuy o Chubut, Santiago del Estero o Entre Ríos, Córdoba o Buenos Aires, quienes dieron al festival el verdadero espíritu de “Encuentro”.

El encuentro de las tradiciones, el canto y la danza; el encuentro de los creativos; el encuentro de la familia de El Cielito que año a año ofrece su colaboración durante 5 largas noches; el encuentro de toda la ciudad donde autoridades, prensa, empresas y vecinos, supieron comprender, que es... “de Tandil para el País”.

Comenzaban los preparativos de la vigésimo octava edición, cuando reunidos con uno de nuestros tradicionales auspiciantes, perteneciente al sector productor de chacinados, esbozamos en voz alta la idea de sumar esfuerzos, clarificar objetivos, aunar voluntades. Se buscaría así ampliar la convocatoria del ya tradicional Festival de la Sierra.

Uno más uno: mucho más que DOS!

El folclore daría lugar también a la máxima expresión productiva de Tandil: la calidad de sus salames. Así rápidamente se unificaron comisiones, se pautaron patrones de conducta, se elaboraron presupuestos, se delimitaron responsabilidades. La gran fiesta de Tandil comenzaba a consolidarse. Los productores aportaron profesionalización, contactos, nuevas ideas; El Cielito, experiencia, fuerza de trabajo, manejo de escenario. Uno más uno no fue dos está vez: la suma dio un resultado mucho mayor. Ambas entidades motivadas aportando cada una lo mejor de sí, sin egoísmo ni protagonismos se potenciaron. Hoy al afrontar el 10mo año de trabajo conjunto la relación está afianzada, la Asociación del Salame Tandilense, ha consolidado su accionar y su marca DOT ha sido posicionada a partir de distintas acciones que permiten que nuevamente Tandil se destaque en el país.

El Cielito, rumbo a su 63 aniversario, sigue siendo una institución que no solo se destaca por el brillo de sus ballet, su escuela de danza, sino por su renovación dirigencial, su funcionamiento institucional y sus constantes renovados proyectos. Desde nuestra pequeña aldea global un motivo más de orgullo. La Denominación de Origen de Tandil – DOT, la peña El Cielito, a partir de conocimiento, planificación, esfuerzo conjunto, pudo superarse y lograr un mejor y más grande Festival que le de a Tandil su gran Fiesta Anual: “De Tandil para el País”.